lunes, 21 de diciembre de 2009

Los conquistadores de lo inútil, se ponen en marcha


Hace un año un grupo de amigos aficionados a la montaña bromeábamos en una cumbre sobre la posibilidad de dar un nombre a nuestro grupo.
Este grupo de 2 personas, y algún extra que se une esporádicamente a nuestras salidas, emocionado por la lectura de la biografía de Lionel Terray decidió autodenominarse:
"Los conquistadores de lo inútil."
Poco a poco, como si se tratase de un imán, hemos ido creciendo en nº de socios y cumbres.
Muchos, haciendo honor a nuestro nombre, solo nos acompañan con la intención y nunca han llegado a subir una sola cumbre. Pero la ilusión también es importante y al igual que acompañamos a Lionel en sus conquistas, desde el sofá leyendo su libro, así alcanzamos a veces la cumbre que solo han "conquistado de verdad" nuestros amigos.

Nuestros objetivos son modestos: Pasear por la naturaleza, disfrutar del monte y la compañía de nuestros compañeros de cordada y ... llegar a casa a la hora de comer.
No en vano rondamos los 40 años y han quedado lejos los días sin responsabilidades, sin hora de vuelta, de fines de semana enteros esquiando o haciendo monte desde un agroturismo en Pirineos o Picos de Europa. Los más avezados con tienda de campaña.
Lionel Terray es uno de los personajes clásicos y citados continuamente en la historia del montañismo. Su historial es largo: el segundo ascenso del Eiger junto con Louis Lachenal, su importante participación en la expedición de 1950 al Annapurna, sus primeras en el Fitz-Roy, el Chacraraju y el Taulliraju, el primer ascenso del Makalu y muchos más

Doy por iniciado este blog, con una de mis citas preferidas..:
Después de haber pasado varias semanas en medio de batallas de la vida mediocres y, a veces, hasta mezquinas, yo estaba contentísimo de hacer frente, una vez más, a un verdadero combate en el espléndido marco de las más elevadas cimas.. (pag 78).

Espero que nos ayude a seguir en contacto, y a publicar aquí:
Citas para próximas conquistas.
Historias de las salidas realizadas.
Fotos.
Anécdotas.
etc
En cuanto a mí, personalmente, tendré que bajar los grados de la escala. Mis fuerzas y mi valentía ya no dejarán de disminuir. Muy pronto los Alpes se convertirán para mí en unos picos mucho más terribles de lo que fueron en mi juventud.
Si en realidad no hay ninguna roca, ningún serac, ninguna grieta que me esté esperando en algún lugar del mundo para detener mi carrera, llegará el día en el que, viejo y cansado, encontraré la paz entre los animales y las flores. El círculo quedará cerrado, y por fin seré el simple pastor que añoraba ser en mis sueños de niño.
Grenoble, julio de 1961.